Decálogo de Amor
Hay personas que viven de recuerdos, y por ello se les critica diciendo que es el mayor impedimento para poder crecer, un lastre para todo cuanto aún les queda por emprender, pero estas vivencias aun siendo dañinas en ocasiones, son las que mantienen vivas las esperanzas cuando es mucha felicidad la que has dejado atrás. Esperanzas de encontrar la alegría que se tuvo antaño para lanzarse de nuevo a volar, y encontrar ese amor puro, esa travesura infantil, a ese amigo cómplice que te salvaba de mil y un problemas, a esa chica que tanto nos gustaba ver pasear, ese dulce de domingo en el cine, de las maquinaciones juveniles de proyectos imposibles, de la energía al revelarte contra todo lo malo mitigando tus penas.
En mi interior, en ocasiones disfruto recreándome con ese montoncito de recuerdos que no me gustaría nunca olvidar, en ellos me siento feliz, con la seguridad que te aportan con fingida realidad.
Soy consciente de que muchas personas por desgracia, pierden estos preciados tesoros como les ocurre a los enfermos de alzheimer, a los que tanto cariño desde aquí les mando, aunque pienso es peor para otras, a las que en su tiempo no cabe ninguna añoranza porque la consideran inútil, infructuosa y paralizante. Para mi, estas lembranzas me recuerdan que mi amor, mi ser y mi presente, se fraguó en un mundo feliz, me sirvió de cimientos, para aceptar estos principios de amor que acompañan a estas letras.
Existe un ejemplo inigualable de lo que es ver pasar tu vida en un instante, con sus recuerdos de ese amor excelso, y los que conocen la película de Cinema Paradiso (la primera parte), a lo mejor, comparten conmigo que las escenas finales, son un compendio de todo cuanto añoramos del pasado, incluido ese beso infinito que nunca dimos.
3 comentarios:
Julen,
seguro que no es bueno vivir en el pasado, pero quién dice que no podamos mirar atrás y regocijarnos con nuestros momentos más felices.
Yo añoro en muchas ocasiones mi infancia, no creo que muchos puedan presumir de haber tenido una niñez tan alegre, una infancia en la que me sentía tan querida...
Ahora también cuento con el cariño de mis padres, de mis hijas, de mi pareja, pero a veces, echo la vista atrás y me encanta recordar lo que fui.
Besos, y gracias por visitar mi blog.
S.
Julián, se dice que un niño es como un trozo de cera, que puedes moldear sobre ella y dejar la huella. En mí dejaron huella momentos realmente bellos llenos de cariño, y otros muy emocionantes:como cuando vi por vez primera "Cinema Paradiso" , película con la que hoy sigo llorando...
Gracias por este vídeo tan lleno de recuerdos!!!
Bss
La esencia que nos inmortaliza en la vida, se mide por tus sonrisas, abrazos y besos compartidos a lo largo de ella.
Por ellas emana todo lo demás.
No es bueno vivir en el pasado, pero que nos quiten lo "bailao" a los que fuimos felices y ahora lo compartimos con los demás.
Gracias Sara, por ceder un poco de tu tiempo para visitarme.
Mati, ¿haremos algún día, nuestra propia película feliz en la que riamos más ?, o ¿ya la tenemos cada día?.
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